martes, 26 de noviembre de 2019

25 Noviembre. Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

En el Día Internacional contra la Violencia Machista, conmemorado el día 25 de Noviembre, en el IES José María Pereda nos hemos reunido toda la comunidad educativa en el patio para condenar esta lacra que afecta a nuestra sociedad.



52 mujeres han sido asesinadas en nuestro país a lo largo de este año por sus parejas o exparejas, la última ayer mientras se celebraban actos en todo el país contra esos asesinatos. Sin duda es necesario hacer una gran reflexión de los motivos por los que esto ocurre y educar a nuestro alumnado en actitudes de tolerancia y respeto.

 



 
Durante el acto, presentado por la Directora, la Orientadora del centro ha leído un manifiesto escrito por Reyes Miguélez Rodríguez, proesora de Matemáticas y cofundadora de CAVAS (Centro de Asistencia a Victimas de Agresiones Sexuales), tras ello un grupo de alumnas han nombrado a las 51 mujeres asesinadas hasta ese momento y por último se ha hecho un minuto de silencio en su memoria.
Ponemos aquí el texto íntegro que se leyó:

"El día 25 de noviembre se conmemora el asesinato de tres hermanas en República Dominicana. En 1999,  la  Asamblea General de Naciones Unidas asumió esta fecha  para celebrar el Día Internacional  para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres,  invitando a gobiernos y oenegés a convocar actividades en torno a este problema que traspasa fronteras, religiones, culturas y clases sociales para sensibilizar a la opinión pública y disminuirlo progresivamente.

El origen de la violencia contra las mujeres debemos buscarlo en el papel predominante que el varón se otorga en la sociedad basado en una supuesta superioridad y conseguido a costa de prohibiciones a las mujeres como el acceso a la educación, al trabajo fuera de casa, a la cultura y a otros derechos que se han ido consolidando en algunas sociedades como la nuestra pero que en otras siguen vigentes (el derecho al voto, a conducir, a tener pasaporte, a participar e incluso asistir a pruebas deportivas, a elegir marido, a vestir libremente, etc…). Cuidado, porque a pesar  de estos avances están creciendo algunas ideologías extremistas que cuestionan, cuando no niegan, la desigualdad de la mujer y la violencia machista.

Cuando se habla de violencia contra las mujeres inmediatamente pensamos en malos tratos,  violaciones y asesinatos. Pero el maltrato va más allá, aunque éstas son las manifestaciones más extremas, porque en todas sus formas subyace la visión de la mujer cosificada, como un ser dependiente, inferior y sin voz. Una forma de demostrar esta supuesta superioridad es humillando, aislando y disminuyendo poco a poco la autoestima personal llegando a considerarse una piltrafa y haciendo la dependencia respecto al varón cada vez mayor.

Este maltrato invisible, con componentes psicológicas  pero implacable, es al que debemos estar muy  atentos porque comienza como una forma de amor inmenso y poco a poco va transformándose en amor tóxico, posesivo, con pequeñas prohibiciones, a veces indirectas haciendo sentir culpable a la mujer si hace, o viste, o se maquilla,  incluso si está con amigas o familiares que a él no le gustan, o controlando su teléfono.

La magnitud del tema queda reflejada en unas cifras escalofriantes: más de 1.000 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas desde 2003, cuando se empezaron a contabilizar, y 51 en lo que llevamos de año.

Otro vértice de este problema son las agresiones sexuales, uno de cuyos tipos es  desgraciadamente famoso en los últimos tiempos, las ejercidas en  grupo, las llamadas  “manadas”. Los expertos creen que este fenómeno guarda relación con el consumo de la pornografía a través de las redes donde se presenta a la mujer como un objeto y donde la violencia es protagonista. Especialmente peligrosa es esta vía cuando es de iniciación a la sexualidad y acuden a ella los jóvenes sin ningún filtro. Pero es evidente que no es un problema nuevo por lo que no debemos fijarnos sólo en internet para explicarlo.  En las violaciones no se persigue el placer sexual sino el deseo de dominación o de encubrir un complejo de inferioridad que momentáneamente queda satisfecho. Esta última razón puede también extenderse a los malos tratos y asesinatos.

Parece que en los últimos años la violencia contra las mujeres ha experimentado un aumento, al menos en el número de denuncias, y surge una pregunta ¿hay más agresiones o las víctimas se sienten respaldadas y se atreven a denunciar?  No cabe duda de que hoy la sociedad y las instituciones han cambiado en España y el que debe sentir vergüenza es el agresor y no se culpabiliza a la víctima.

Quiero terminar haciendo hincapié en que esto no es “un asunto de mujeres”, es un problema social a cuya solución todos debemos contribuir, aunque sea por propio egoísmo, porque  las relaciones entre iguales son más placenteras para todos: SI TU PAREJA ES FELIZ, PROCURARÁ QUE TÚ TAMBIÉN LO SEAS.



Fdo.: Reyes Miguélez. Fundadora de CAVAS: Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales en 1987."

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